Las Navidades ya quedaron atrás. Sin embargo, si no hemos tomado medidas, sus efectos aún pueden permanecer en nuestra piel.

Si por algo se caracterizan las fiestas navideñas es por los excesos culinarios que cometemos durante las celebraciones y todos ellos, nos pasan factura. El consumo de bebidas alcohólicas reduce los niveles de vitamina A en el cuerpo, de tal manera que, a algunos problemas de sequedad y descamaciones de la piel, sigue su envejecimiento prematuro.

El azúcar, en forma de dulces que consumimos, también participa en el proceso de envejecimiento cutáneo. Se debe a un proceso llamado glicación, mediante el cual el azúcar en sangre se une a las proteínas para formar unas nuevas moléculas “dañinas” que afectan a nuestro metabolismo y que, a su vez, nos hacen más vulnerables al envejecimiento de nuestros órganos y, por supuesto, de nuestra piel.

A la hora de cuidar y recuperar nuestra piel debemos tener en cuenta factores internos y externos.

Aquí, una vez más, los peelings médicos son nuestros grandes aliados. Es una forma inmediata de eliminar la piel afectada por los excesos de las fiestas y recuperar una nueva piel libre de toxinas, tersa, fresca y más saludable.

Podemos utilizar peelings médicos más suaves, como los que tienen como base el Ácido Salicílico, Glicolico, Argipeel, Láctico, Pirúvico, Mandelac, etc. O más profundos, para las pieles más castigadas, como un peeling médico con base de Nomelán Fenol que recuperará la textura y buena calidad de la piel.

Disponemos de una amplia gama de peelings médicos para adaptarnos a las necesidades de cada paciente.

En este punto debemos tener en cuenta la alimentación y esto incluye, por supuesto, la hidratación.

Sé que a muchos os cuesta, por ello mi consejo es que tengáis una botella de agua en vuestro puesto de trabajo u, otra forma, es acordaros de beber siempre un vaso de agua después de ir al baño a hacer pis.

Si ya de por sí deben formar la base de nuestra alimentación, más aún cuando tratamos de hacer una dieta depurativa. Toma tres piezas de fruta al día. Mejor si lo haces con el estómago vacío. Utilízalas para picar siempre que te entre el gusanillo del hambre.

Las verduras preparadas sin salsas, rehogadas, salteadas (con muy poco aceite) o a la plancha, son platos muy nutritivos y depurativos. Además, en cremas o sopas son muy apetecibles en los días de frío. Carnes y pescados mejor al horno o la plancha (olvídate de los fritos). Por último, una ensalada al día puede completar nuestra dieta.