Desde el inicio de la perimenopausia empezamos a sufrir los primeros síntomas de déficit hormonal, traducido en nuestro cuerpo en un cambio metabólico y endocrinológico que nos hace propensas al acúmulo de grasa y retención de líquidos. Nuestras rodillas también sufren estos cambios. Las grasas localizadas y la retención de líquidos cambian su forma volviéndolas más anchas. Además, en esta zona puede aparecer celulitis mostrando la típica textura de hoyuelos, la conocida “piel de naranja”.

Llega el buen tiempo y con él vuelven a cobrar protagonismo las rodillas, olvidadas bajo pantalones y medias durante el invierno. Sin embargo, descubrimos que ya no nos sentimos muy a gusto con su estética y nos cuesta ponernos shorts o faldas por miedo a lucirlas. Al igual que los codos, las rodillas están cubiertas por una piel más gruesa, lo que provoca que se muestren más rugosa y áspera. Esta piel está en continua extensión y relajación para permitir que nuestras articulaciones tengan un correcto funcionamiento. Su movimiento natural favorece que con el tiempo la piel de las rodillas se muestre flácida.

En definitiva, aunque sigamos teniendo unas piernas bonitas se pueden ver afeadas por unas rodillas que rompen su estética. Ahora son más anchas, con celulitis, de piel más oscurecida y flácida. Podemos sufrir alguna de estos defectos estéticos o todos a la vez. Cada mujer es un mundo. La buena noticia es que todos y cada uno de estos problemas tienen solución.

Consistente en inyectar con una aguja extrafina una solución de Ácido Desoxicólico. Un producto totalmente biocompatible porque está presente de forma natural en nuestro organismo y se reabsorbe con facilidad. Licua la grasa y los lípidos se eliminan a través del sistema linfático. Es un tratamiento especialmente indicado para eliminar las acumulaciones de grasa en zonas localizadas.

Nos permite retensar la piel de las rodillas devolviéndoles la tersura. Son totalmente biocompatibles y nuestro organismo los reabsorbe de forma natural.

Con este tratamiento corregimos irregularidades de la piel, al tiempo que estimulamos la generación de fibras de colágeno y elastina por parte de nuestro organismo. Consigamos una hidratación profunda de la piel, devolviéndole frescura y juventud.

Nos garantiza eliminar la celulitis localizada. Mediante infiltraciones disolvemos la grasa y elementos tóxicos a nivel celular, estimulando el drenaje linfático.

Obtenemos un potente efecto vasodilatador a nivel de la microcirculación. Una mejor circulación combatirá el acúmulo de grasa y la celulitis.

Conseguimos unificar el tono de la piel de nuestras rodillas con el resto de las piernas, dotándoles un aspecto rejuvenecimiento.