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Las pieles sensibles son las más susceptible a factores externos. Cuando este tipo de piel pierde su equilibrio se muestra tirante, pica y se enrojece. Las identificamos porque se irritan e inflama fácilmente. Son pieles con dermatitis, rosácea, alérgicas o reactivas a productos cosméticos o exposición a elementos externos, como el agua o el sol.
¿Cuáles son los enemigos de las pieles sensibles?
Aunque hay un componente genético o predisposición familiar, existen una serie de factores que provocan que se activen:
  • Cambios bruscos de temperatura, como pasar de un calor excesivo a un ambiente frío por aire acondicionado.
  • Contaminación
  • Estados de estrés
  • Cambios hormonales como el ciclo menstrual o la menopausia
  • Duchas de agua muy caliente
  • Higiene excesiva con productos exfoliantes o limpiadores muy agresivos
  • El Cloro de las piscinas
  • Aguas que sean más ácidas que el pH de nuestra piel
  • Alimentos muy condimentados
  • Radiaciones solares intensas
  • Falta de descanso
La piel sensible reacciona a estímulos que no afectarían a otras. La sucesión de reacciones en una piel sensible, la hace que cada vez sea más intolerante. Además, son pieles con superproducción de radicales libres.
 
¿Cómo cuidar una piel sensible?
Si cualquier piel debe ser cuidada para mantenerla sana y joven por más tiempo, las pieles sensibles requieren mayor atención y cuidado, que el resto de pieles. Por ello, deberemos tener en cuenta:
  • Tomar el sol de forma moderada y siempre utilizando una foto-protección 50+
  • Utilizar para su higiene aguas termales
  • Evitaremos frotarla para su secado. El secado deberemos hacerlo de forma suave
  • Mantenerla constantemente hidratada, ya que la falta de hidratación puede provocar su reacción. Para este fin, utilizaremos cosméticos muy suaves.
  • Son muy útiles los productos que lleven camomila, caléndula, aceite de oliva o aceites esenciales
  • Agradecen el uso de bálsamos reparadores
Nutricosmética para la piel sensible
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo que, además, tiene el componente de estar totalmente expuesta a los agentes externos. Por este motivo, debemos cuidarla y protegerla desde el exterior. Pero que le demos un cuidado externo, no significa que nos olvidemos de su cuidado interno. Debemos nutrirla y protegerla a través de los alimentos que consumimos y la suplementación nutricional.
Suplementos recomendados para la piel sensible
  • Aceites Omegas 3, 5 y 7
  • Aceite de Borraja y Onagra
  • Ácido Hialurónico, Colágeno, Silicio y Coenzima Q
Como siempre os digo, cada individuo es único y tiene sus propias necesidades. Por este motivo, en consulta te indicaré las dosis necesarias del suplemento nutricional que precisa tu piel en concreto.
Una piel sensible bien tratada y cuidada, también puede ser una piel sana y bonita.  No dudes en contactarnos. ¡Podemos ayudarte!.
Doctora Maroto
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