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Muchas veces hemos oído que somos lo que comemos. ¡Esta frase es más literal de lo que podemos pensar!.  Todo aquello que ingerimos afecta a nuestro organismo de una forma mucho más estrecha de lo que podemos imaginar y, cómo no, esto incluye nuestra piel.

En nuestra microbiota intestinal tenemos 400 especies distintas de bacterias, que sumadas todas ellas, forman un ejército de millones de bacterias. Su papel es regular los nutrientes, protegernos de microorganismos patógenos, aquellos que nos causan las enfermedades, y permitir un correcto funcionamiento del sistema inmunitario y nervioso.

Tanto las bacterias beneficiosas, como las patógenas, conviven en el intestino. Las beneficiosas producen ácidos que bajan el PH del intestino grueso, de manera que impiden el crecimiento de las patógenas. En la medida en que las bacterias beneficiosas puedan controlar y vencer a las patógenas, ¡estaremos más sanos!.

El equilibrio de la microbiota intestinal es un factor importante para el mantenimiento de una buena función de la barrera intestinal. Por este motivo, cuando se desequilibra, producido por, por ejemplo, el estrés, una alimentación inadecuada o deficiente, falta de sueño, tabaco, alcohol o medicaciones como antibióticos, somo más propensos a enfermedades inflamatorias, alérgicas o autoinmunes.

Científicamente se ha acuñado el concepto de “permeabilidad intestinal”, que hace referencia a aquellas situaciones en las que barrera intestinal no realiza su función correctamente, permitiendo que sustancias no apropiadas atraviesen la mucosa intestinal y lleguen al torrente sanguíneo.

Una vez que estas sustancias no apropiadas lleguen al torrente sanguíneo, nuestro organismo reacciona con una respuesta inmunológica de tipo inflamatorio. Este puede ser el inicio de la aparición de determinadas patologías, entre ellas dermatológicas, como acné, rosácea, eccemas, psoriasis e, incluso, un envejecimiento prematuro de la piel.

La buena noticia es que distintos estudios recientes demuestran que, tanto probióticos, como como prebióticos, pueden reducir los marcadores sistémicos de inflamación, así como el estrés oxidativo.

¿Qué son los Probióticos?

Son microorganismos vivos que, al ser agregados como suplemento en la dieta en cantidades adecuadas, favorecen el desarrollo de la flora microbiana en el intestino. Lo que hacemos al consumirlos es introducir en nuestro organismo bacterias buenas, que favorecen reforzar nuestras barreras protectoras, combatir las bacterias dañinas y controlar futuras inflamaciones.

Probióticos y piel: Beneficios para luchar contra ciertas patologías

Se han realizado estudios con diferentes bacterias, obteniendo diversos resultados. Pero, como resumen de esto estudios, podemos decir que se ha demostrado científicamente los beneficios de los probióticos en la piel, como su efecto positivo en la disminución de los síntomas asociados a patologías de la piel. Especial efecto positivo se ha observado en patologías dermatológicas, como dermatitis atópica, psoriasis o acné.

Por tanto, podemos decir que cuidar de la salud y equilibrio de nuestro intestino, es cuidar de la salud de nuestro cuerpo y, por añadido, de nuestra piel.

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Doctora Maroto 
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