El virus sigue entre nosotros. No podemos bajar la guardia. No se trata de vivir con miedo. Se trata de vivir con responsabilidad y llevar unas pautas de vida para protegernos y proteger a la sociedad, sobre todo a los más vulnerables.
Pautas de Vida
Algunas pautas de vida que la inmensa mayoría, afortunadamente, las tenemos interiorizada:
Mantener distancias de seguridad
Debemos mantener esa necesaria distancia con las personas que no convivimos. También con las que convivimos cuando han estado sometidos a factores riesgo y, por supuesto, si presentan síntomas.
Cuando es necesario entrar en contacto con personas fuera de nuestro círculo de convivencia, asegúrate que sea en entornos donde se aplica rigurosamente los protocolos de seguridad recomendadas por las instituciones de salud, como aplicamos en consulta.
Otras medidas que no debemos olvidar
El uso de la mascarilla o la higiene de manos y de los objetos que tocamos, deben entrar también en este nuevo estilo de vida.
Hay un aspecto más que también debemos considerar:
Higiene bucodental
La transmisión aérea de la COVID-19 hace que boca, nariz y ojos sean las principales vías de entrada al organismo, donde encuentran una alta densidad de receptores.
Debemos cepillar los dientes de forma correcta (parte externa, interna y superior). Por supuesto, también encías con cuidado para no dañarlas y la lengua. Existe dispositivos específicos para la higiene de la lengua. Si no lo tienes, ¿te has fijado que muchos cepillos de dientes, por la parte opuesta de las cerdas, tienen una superficie rugosa?. Esa parte está diseñada para la limpieza de la lengua.
Suplementación Alimentaria
En primer lugar, debo aclarar que en ningún caso debemos automedicarnos y que es aconsejable que nos consultéis a los médico o farmacéutico y leer cuidadosamente las instrucciones, antes de empezar con suplementaciones.
Con la suplementación potenciamos la inmunidad frente a la COVID-19. Fortalecen las defensas aumentamos el rendimiento de las células del sistema inmune y evitamos la inflamación en las infecciones respiratorias.
Vitamina C
Bien conocida para el fortalecimiento del sistema inmune contra virus que atacan el sistema respiratorio.
De forma natural la encontramos en verduras y frutas frescas.
Vitamina A y Zinc
Contribuyen a la integridad de las barreras inmunitarias. Tienen un papel fundamental en el buen mantenimiento de la estructura y funciones de las barreras inmunes naturales de nuestro organismo.
Vitamina D y Magnesio
Muchos ensayos demuestran que niveles bajos de esta vitamina pueden dañar la función inmune. Por su parte el magnesio optimiza el estado de la vitamina D en nuestro organismo
La vitamina D producida por la exposición a la luz solar dura más tiempo en el organismo que la que se obtiene de los alimentos. ¡Ojo con el sol!. Es un arma de doble filo. 10 minutos al día en zonas como piernas, nuca o muñecas será suficiente y evitaremos melanomas (el tipo más grave de cáncer de piel) o el fotoenvejecimiento.
Selenio
Es un oligoelemento vital para nuestra salud inmunitaria, así como para el sistema cardiovascular y endocrino.
De forma natural lo encontramos en lácteos, frutos secos, aves, pescado y mariscos.
Prebióticos y Probióticos
Son importantes porque nos ayudan a potenciar la salud de nuestro sistema digestivo, tan relacionado con nuestro sistema inmunológico
Equinacea
Es una planta medicinal que nos aporta múltiples beneficios. Entre ellos, tiene una potente y amplia actividad antiviral, así como principios activos que fortalecen el sistema inmunitario, por lo que aumenta nuestras defensas.
Propóleo
Consiste en una mezcla resinosa obtenida por las abejas de las yemas de los árboles o de ciertos vegetales, que posteriormente procesan en la colmena. Como otros productos que nos vienen de las abejas, tiene múltiples beneficios. Es un potente antimicrobiano (bacterias y virus). Además, las vitaminas y los minerales que contiene el propóleo ayudan a nuestras defensas para que sean más resistentes a los virus.
Otros grandes aliados para reforzar el sistema inmunitario
Ácido Alfa Lipoico
Lo encontramos en verduras de hojas verdes como brócoli, acelgas y espinacas.
N-Acetilcisteina
Lo encontramos en carne de cerdo, pollo y pavo, así como en lácteos y ajo.
Polifenoles
Lo encontramos en uvas, fresas, arándanos, remolacha, berenjena, tomate, lentejas y frutos rojos.
Más Consejos
Disminuir en lo posible el consumo de alimentos azucarados o ricos en harinas blancas. También es importante un buen descanso y mantener una actividad física, como realizar ejercicio moderado.
Doctora Maroto
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